¡Feliz 2010!

Leyendo un artículo recordé las palabras de mi profesor de fotografía.

No se me había ocurrido nunca que el fotógrafo llevara intrínsecamente una tarea tan importante. Lo hace por naturaleza, casi por consecuencia, por persistencia.

Una vez inmortalizado el instante, el primer efecto de la foto, ambos se unen y se convierten en “hecho”. Un hecho en la línea del tiempo de la vida, un pedacito de vida en la historia general. Pocas veces sabemos que tan importante es el momento, pero el tiempo como gran “revelador” de la vida, va dejando salir la importancia de aquella foto.

La revisión o necesidad de saber que pasó en aquel tiempo, se convierte en el “detenedor”.

¡Alto! Saquemos esa foto del revelador.

Nos interesa… Convirtiéndose en el “fijador”.

El fijador del interés, de los ojos, del corazón o de la publicación.

Así es el proceso de revelado de un hecho.

Cuando queremos ser fotógrafos, en principio nos preocupamos de la foto. Sin darnos cuenta vamos dejando constancia. De la vida, de la historia.

Hay quienes dejan por escrito, los fotógrafos dejamos por imagen.

No importa si eres un fotógrafo profesional o si solo te gusta tomar instantáneas con tu cámara. Con cada disparo dejas una constancia de que “pasó”.

No lo borres, no lo pierdas, quizás algún día esa foto sea el eslabón que falta de alguna historia.

Recordé las palabras de mi profesor, fueron de esas que uno cree entender instantáneamente, pero con el tiempo continúan acumulando significado. Espero que todos aquellos que toman instantes, hayan captado todo lo “bueno y malo” del 2009, así el 2010 sepamos repetir los aciertos y corregir los errores.

¡Muchas felicidades!

Hasta el año que viene…