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jueves, 3 de febrero de 2011

DECUALESQUIERA-HAY

Me resulta imposible no compartir con todos, algunas cosas que encuentro interesante. Es una lucha contra la exclusividad fotográfica, pero mi curiosidad es superior, así que decidí dar inicio a este espacio "DECUALESQUIERA HAY". Espero les resulte interesante, tal vez útil, porque de cosas "entretenidas" ya se está plagando el mundo y parece que lo interesante ya no vale, o lo "interesante" es "aburrido". Yo no lo creo así. Por eso mismo comenzamos este camino y espero comentarios, sugerencias y por qué no, aportes.

Saludos.

Marcelo.

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En enero visité Pucón; recorriendo la avenida principal encontré una librería en una esquina, me ganó la curiosidad y entré. Ahí estaba este libro, al lado de las campañas militares chilenas contra los Mapuches. Me interesó más por una simple razón: uno hablaba de matar una cultura y el otro de documentar su vida y cultura para que no se pierda en las generaciones venideras. Lo compré. El Cacique Lonco Pascual, deja un relato fundamental para la historia del pueblo Mapuche. Como si fuera poco, el libro está escrito en Español y en Mapundungun, su lengua.
En su sabiduría, no erró mucho en su predicción, pues las generaciones venideras ya no conocen de su lengua y su cultura nativa. Pero como dijo él, para eso está su libro, para que por lo menos lo lean una vez. Yo se los recomiendo.

Dijo así:

Una cosa diré:

Estoy viejo ya, creo que tengo más de ochenta años. Durante esta larga vida llegué a conocer bien los modales de la gente de antaño; todas las diversas fases de su vida tengo presentes; tenían buenas costumbres, pero también malas. (…) En nuestros días la vida ha cambiado; la generación nueva se ha chilenizado mucho; poco a poco ha ido olvidándose del designio y de la índole de nuestra raza; que pasen unos años y casi ni sabrán ya hablar su lengua nativa…

Piken mai ta tëfá.
Lonco Pascual Coña (Cacique Mapuche 1847 – 1927)
Pehuén, Biblioteca Bicentenario.


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Que será de los porteños ocupando el Liberaij...

No hay como la curiosidad para la ignorancia... por eso le decían mata burros al diccionario no? Me causaba mucha intriga saber a qué hacía referencia el Canario Luna cuando hablaba del "Liberaij". Fue cuestión de investigar un segundo y la respuesta apareció. Con la sorpresa de que sabía a qué hacía referencia. El edificio Liberaij, el mismo que había visto hace tantos años en el cine cuando estrenaron "Plata Quemada". Si no sabe la historia, la película le va a dar un principio.

Este dato no lo sabía:

El Liberaij se llama así debido a que sus constructores -los hermanos Chil y Jacobo Rachjman (se pronuncia Raijman) decidieron homenajear a sus esposas, Lila y Berta, en el nombre de la obra: Li-Be-Raij. (fuente: espaciolatino.com)


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Un Gaucho de la Guardia del Monte.

Para la guerra es terrible,
balas nunca oyó sonar,
ni sabe qué es entrevero,
ni sangre vio coloriar.

Bartolomé Hidalgo




Pa´ los que disfrutan los dichos de Radio Clarin AM580.

No me neguéis este día
cuerditas vuestro favor,
y contaré en el CIELITO
de Maipú la grande acción.
Cielo, cielito que sí,
cielito de Chacabuco,
si Marcó perdió el envite,
Osorio no ganó el truco.

En el paraje mentado
que llaman Cancha Rayada,
el General SAN MARTÍN
llegó con la grande Armada.
Cielito, cielo que sí,
era la gente lucida,
y todos mozos amargos
para hacer una envestida.

Lo saben los enemigos
y al grito ya se vinieron,
y sin poder evitarlo
nuestro campo sorprendieron.
Cielito, cielo que sí,
cielito del almidón,
no te aflijas godo viejo
que ya te darán jabón.

De noche avanzaron ellos
y allá tuvieron sus tratos;
compraron barato, es cierto,
¡qué malo es comprar barato!
Cielito, cielo que sí,
le dijo el sapo a la rana,
canta esta noche a tu gusto
y nos veremos mañana.

Se reúnen los dispersos
y marchan las divisiones,
y ya andaban los paisanos
con muy malas intenciones.
Allá va cielo, y más cielo,
cielito de la cadena,
para disfrutar placeres
es preciso sentir penas.

Pero ¡bien ayga los indios!
ni por el diablo aflojaron,
mueran todos los gallegos,
VIVA LA PATRIA, gritaron.
Cielito digo que no,
no embrome amigo Fernando,
si la Patria ha de ser libre
para qué anda reculando.

Al fin el cinco de abril
se vieron las dos armadas
en el arroyo Maipú,
que hace como una quebrada.
Cielito, cielo que no,
cielito digo que sí,
párese mi don Osorio
que allá va ya SAN MARTÍN.

Empiezan a menear bala
los godos con los cañones,
y al humo ya se metieron
todos nuestros batallones.
Cielito, cielo que sí,
cielo de la madriguera,
cuanto el godo pestañó
quedó como tapadera.

Peleó con mucho coraje
la soldadesca de España,
habían sido guapos viejos
pero no por la mañana.
Cielo, cielito que sí,
la sangre amigo corría
a juntarse con el agua
que del arroyo salía.

Cargaron nuestros soldados
y pelaron los latones,
y todo lo que cargaron
flaqueron los guapetones.
Cielito, cielo de flores,
los de lanza atropellaron;
pero del caballo, amigo,
limpitos me los sacaron.

Osorio salió matando
al concluirse la contienda,
sin saber hasta el presente
dónde fue a tirar la rienda.
Cielito, cielo que sí,
cielito de los reveses;
nos ganaron el albur
y perdieron los entreses.

Godos como infierno, amigo,
en ese día murieron,
porque el Patriota es temible
en gritando al entrevero.
Cielo, cielito que sí,
hubo tajos que era risa,
a uno el lomo le pusieron
como pliegues de camisa.

Quedó el campo enteramente
por nuestros americanos,
y Chile libre quedó
para siempre de tiranos.
Cielito, cielo que sí,
por ser el godo tan terco,
se ha quedado el infeliz
como avestruz contra el cerco.

Hubo muchos prisioneros
de resultas del combate,
y según todas las señas
no les habían dado mate.
Cielito, cielo que sí,
americanos unión.
Y díganle al rey Fernando
que mande otra expedición.

Ya, españoles, se acabó
el tiempo de un tal Pizarro,
ahora como se descuiden
les ha de apretar el carro.
Cielito, cielo que sí,
cielito del disimulo,
de balde tiran la taba
porque siempre han de echar culo.

Ya puede el virrey de Lima
echar su barba en remojo,
si quiere librar el cuero
vaya largando el abrojo.
Cielito, cielo que sí,
largue el mono, no sea primo,
porque cuanto se resista
ya quedó como racimo.

Viva nuestra libertad
y el general SAN MARTÍN,
y publíquelo la Fama
con su sonoro clarín.
Cielito, cielo que sí,
de Maipú la competencia
consolidó para siempre
nuestra augusta independencia.

Viva el Gobierno presente,
que por su constancia y celo
ha hecho florecer la causa
de nuestro nativo suelo.
Cielito, cielo que sí,
vivan las Autoridades,
y también que viva yo
para cantar las verdades.

Bartolomé Hidalgo.

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