martes, 3 de noviembre de 2009
Enjaulados
Se levantó temprano, despertó a su hermana, despertó a su mamá y se preparó para aquél día tan esperado.
Ver esos seres enjaulados le producía una gran ansiedad.
Cuando todos estuvieron prontos partieron. El viaje se hizo largo, pero valió la pena. Al ver las jaulas, los ojos se le iluminaron. Saltaban de alegría.
Había de diferentes tipos y colores de piel, pero todos estaban enjaulados y le llamó mucho la atención.
¿Por qué? preguntó.
Por seguridad, miedo, no sé... respondió la mamá.
Madre e hija se miraron y la mamá le dijo: Esta bien, puedes acercarte. Si te da de comer puedes aceptarlo.
Las cabras volvieron a su casa, había sido una experiencia increíble ver a los humanos en jaulas, simulando sus casas y su ambiente natural.
El día había sido excitante y el cansancio doblegó sus fuerzas.
Era hora de disfrutar del sueño.
Marcelo González Calero
foto: Marcelo González Calero (Enjaula dos)
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Wow! un gran microcuento, me pillo volando bajo.
ResponderEliminarno lo esperaba.
Suerte y mana!