Lo encontré perdido en un mar de sueños esta mañana.
Lo busqué por el mundo entero, escudriñé en todos los
océanos, pero descubrí que todos ya tenían dueños. Algunos ya los habían
utilizado para pruebas nucleares.
Yo quería el mío, puro, para que fuera de nadie, sólo de la hermosa
naturaleza.
Oh sorpresa, lo encontré esta mañana.
Estaba ahí en mi taza.
Me lo había regalado el final de un digestivo té, el agua caliente
y una borra mágica que soñaba con ser un atolón.
Ni Bikini ni Mururoa, tan solo mi atolón.
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