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martes, 21 de diciembre de 2010

Trabajo realizado para la Universidad de los Andes.


(Descargar PDF)

Foto portada de Folleto institucional para Master en Derecho de la Empresa. Universidad de los Andes. Chile.

www.uandes.cl

Eclipse Lunar Total, 21 de diciembre 2010.





El martes 21 de diciembre de 2010, a las 03:30 hrs. aproximadamente, comenzó un eclipse lunar total. Un adelanto de regalo navideño de la naturaleza, una oportunidad de ver la sombra de nuestro planeta sobre la luna. Si no lo vieron... acá les dejo unas fotos y un video muy bueno.


jueves, 16 de diciembre de 2010

Carta de "Martín Fierro" a Juan Manuel Blanes.


Carta que el gaucho Martín Fierro (José Hernández) dirige a su amigo don Juan Manuel Blanes, con motivo de su cuadro "Los treinta y tres orientales".


Amigo don Juan Manuel,
que se halle, me alegraré,
sano del copete al pie.
Y perdone si en su carta
algún disparate ensarta
este servidor de usté.

Una suya recebí
punteada con todo esmero,
y al verlo tan cariñero
dije para mí, a este Blanes,
no hay oriental que le gane
como amigo verdadero.

Y aunque me diga atrevido
o que a la Luna le ladro,
como ese bicho taladro
que no sabe estarse quieto
en todas partes me meto
y me metí a ver "su cuadro".

Por supuesto, los diez pesos
los largué como el mejor,
yo no soy regatiador,
y ya dentré a ver después
los famosos "Treinta y tres"...
¡Ah, cuadro que da calor!

Me quedé medio azorao
al ver esa comitiva.
Lo miré de abajo arriba
pero, ¡que el diablo me lleve!,
si parece que se mueve
lo mesmo que cosa viva.

Encima le han colocao
un sol que valdrá un tesoro.
Lo habrán puesto, no lo inoro
como en el naipe español;
pues habrán dicho esos toros
"a todos alumbra el sol".

Y esa gente tan dispuesta
que su páis va a libertar,
no se le puede mirar
sin cobrarles afición...
¡Si hasta quisiera el mirón
poderlos acompañar!

Para mí, más conocida
es la gente subalterna;
mas se ve que quien gobierna
o lleva la dirección,
es un viejo petizón
que está allí abierto de piernas.

Tira el sombrero y el poncho
y levanta su bandera
como diciendo "Andequiera
que flamé se ha de triunfar,
vengo resuelto a peliar
y que me siga quien quiera."

Le está saliendo a los ojos
el fuego que el pecho encierra,
y señalando a la tierra
parece que va a decir:
"Hay que triunfar o morir,
muchachos, en esta guerra."

Y animando aquella gente
que a lidiar se precipita,
mientras se mueve y agita
con la proclama del viejo,
hay uno que dende lejos
le muestra una crucecita.

Cerca de él hay otro criollo
de poncho y de bota fina.
Se ve que en la tremolina
hará aujero si atropella,
ha agarrao la carabina
como pa darles con ella.

Al lao, el de camiseta,
ya deja ver que es soldao;
está muy arremangao
como hombre resuelto a todo,
se le conoce en el modo
que ha sido algún desalmao.

Hay otro de pantalón,
tirador bordao de seda;
que le resista quien pueda
cuando llegue a gritar ¡truco!
ha echao al hombro el trabuco
y se ha metido en la rueda.

De pantalón va también
otro de sombrero al lao;
es resuelto y animao
pero de un modo distinto:
tiene el naranjero al cinto
y parece más confiao.

Hay otro viejo gritando:
"¡A mí naides me aventaja;
en cuanto suene la caja
he de responder al grito!"
Tiene en la mano un corvito
que ha de estar como navaja.

Ese que está arrodillao
no me deja de gustar,
uno puede asigurar
que va a decir -cuando hable-
"Todos tienen que jurar
sobre la hoja de este sable."

Que ha de haber sido algún bravo,
en el ademán se alvierte;
y para estar de esa suerte,
dije yo, lo han elegido
o por ser más decidido
o por tener bota juerte.

Me gusta el de casaquín,
se le nota el movimiento
como que en ese momento
tira su sombrero arriba,
a tiempo que pega un "¡viva!"
medio loco de contento.

Pero entre tanto valiente
dende lejos se divisa
el que en mangas de camisa
se hace notar el primero.
Un gaucho más verdadero
no he visto, ni en los de Urquiza.

Espuela y botas de potro,
todo está como nacido;
es patriota decidido,
se ve que resuelto está;
para mejor, le ha salido
medio escaso el chiripá.

En el amor y en la guerra,
en todo habrá sido igual;
tiene, en trance tan formal,
el enemigo en contorno;
pero no olvidó el adorno
de cola de pavo-rial.

Le adivina la intención
todito aquel que lo vea;
para dentrar en pelea
revela hallarse dispuesto,
y de fantástico ha puesto
de dragona la manea.

Lleva su ropa y sus armas
como quien las sabe usar;
con gracia sabe arreglar,
su trabuco en la cintura;
muestra ser por la figura
sin asco para matar.

Y además de algunos otros,
me ha llamado la atención
uno que está en un rincón
como quien no dice nada,
se ha largao a la patriada,
descalzo y de pantalón.

Y yo, para mí, decía:
éstos hacen lo que deben;
y varones que se atreven
con voluntá decidida
a jugar ansí la vida,
tal vez ni cigarros lleven.

Van a libertar su páis,
peliando con valentía;
quizá ni ropa tendrían,
pero nada los sujeta;
hasta las mismas maletas
están, ¡ay!, medio vacías.

La carabina y el sable
que están tirados allí,
pensé yo al verlos así:
o alguno se ha hecho avestruz
o son de aquel de la cruz,
que los ha dejao allí.

A la distancia se llevan
el bote los marineros,
los mismos que lo trujieron
se retiran apuraos.
Ya se ve, que les hicieron
la compañía del horcao.

Parece que van diciendo:
"Áhí quedan sin esperanza,
y vámonos sin tardanza,
si viene juerza enemiga;
tal vez ninguno consiga
escapar de la matanza."

Yo los hubiera agarrao
a los que el bote se llevan;
justo es que a todo se atreva
el hombre que hace la guerra;
cuando pisaron en tierra
debió principiar la leva.

No meto en esta coplada
a todos, pa no cansarlo;
pero debo confesarlo,
amigo, y se lo confieso,
yo le saqué los diez pesos
al cuadro, tanto mirarlo.

Cuente si son "treinta y tres",
Si en mi cálculo no yerro:
con ésta mi carta cierro,
amigo, me planto aquí.
Ni Cristo pasó de allí
ni yo tampoco

Martín Fierro.


foto: Pintura de Juan Manuel Blanes (autor desconocido)

jueves, 9 de diciembre de 2010

Fotografía: La libre subjetividad.

En la vida de la fotografía, los conceptos y las percepciones fueron cambiando, así como su uso y fin, hasta llegar a la libertad de poder ser lo que quiera. Hoy de “fotografía” nos queda la definición técnica que evoluciona con la tecnología, pero el resto es pura subjetividad.
La necesidad humana de poner nombres, rótulos, límites, definiciones, cantidades, precios, razones y verdades, molesta a la fotografía como una mosca que quiere depositarle sus huevos. Lo finito quiere colonizar lo infinito y lo intenta cada vez que encuentra la guardia baja. Pero la fotografía se da el lujo de romper con todos los paradigmas, es silenciosa y a la vez le grita en la cara una forma de ver la realidad que ya nunca podrá evitar, ni cerrando los ojos, ni tratando de olvidar.
Por ser hermana joven, la “Fotografía” se mide, compara y refleja con la “Pintura” y por no saber cómo tratarla, el Hombre recurrió a ella para controlarla. Pero el instinto joven y rebelde demostró que se valdría de la subjetividad, nada más.
En la ambición y necesidad de valorar una foto, se recurrió a la valoración técnica. Esto es, que si la foto está bien enfocada, nítida, con un buen manejo de la profundidad de campo, etc., la foto es mejor, sobresale de otras, vale y cuesta más.
Joseph Niépce (1827)




Esta foto se consideraría desenfocada, granulada por demás, falto de detalles y tal vez maltratada por la humedad. Todo eso si fuera actual, pero es la foto más antigua que se conserva. Es la historia misma de la fotografía. Entonces no nos fijamos en el deterioro.
Tal vez justifiquemos su importancia por el tiempo, después de todo es de principios del 1800, pero para 1944, no es válido o ¿sí? La tecnología ha mejorado mucho, los tiempos de exposición dejaron de ser horas para convertirse en milésimas de segundo. Tal vez ya nadie justifique una foto desenfocada y un poco granulada.

Robert Capa (1944)




Robert Capa, uno de los más grandes fotógrafos de la historia, desembarca con un grupo de soldados en Normandía. El día D. Entre disparos, morteros, cuerpos y partes, intenta tomar una foto con el pulso dominado por el temblor de los nervios, del miedo y de las ganas de seguir vivo.
Toma esta fotografía movida y sobrevive, solo fueron 106 fotos. Cuenta la historia que el laboratorísta por error vela algunas fotos, arruinando completamente parte de su trabajo.
Esta fotografía sobrevive, como Capa. ¿A quién le importa si está movida? Es una foto increíble, cuyo movimiento ayuda a entender la gravedad del contexto en que fue tomada. Otra foto que destruye la referencia para valorizar la “imperfección” en la elección de la velocidad.
Cualquiera pensaría que con estas historias, las dos fotos anteriores se pelean el record de la más costosa… Tener en tu colección la fotografía más antigua que existe, debe valer mucho más que cualquier otra. ¿Cuánto vale una foto que fue tomada a consecuencia de arriesgar la vida?
Pues no, la foto más costosa rematada no se basa en la antigüedad tampoco, es esta:


Andreas Gursky, 99 Cent II, Diptych (2001). ¿Una hermosura verdad…? Cuestión de gustos. Pero fue vendida en la módica suma de 3.351.720 de dólares. De verdad les digo que fue muy barata, recuerden que la hermana mayor, la “Pintura” tiene un record de 110.000.000 de euros. Y compiten por la “belleza”. Otro tipo de fotografía.
Ustedes pensarán, …pero tal vez fue tomada con una de esas cámaras súper ultra sofisticadas, con lentes grandes, largos y raros, con flash y lámparas y millones de megapíxels. Tal vez la creatividad del artista fue tan magnífica que se justifica la suma. Tal vez él ve arte donde nosotros no. Tal vez...
Pero de todas maneras hay una foto más costosa aún.




Sí señores y señoras. 6.080.000 dólares se pagó por la foto. Nada que Usted no pueda sacar con su cámara de bolsillo en modo automático. Si pensaba deshacerse de su cámara porque creía que las fotos no valían, piénselo nuevamente.
Otro tipo de fotografía, menos artística tal vez, pero para alguien valió más de 6 millones de dólares. Y no se trató de la tecnología, ni el fotógrafo, ni el arte, ni la antigüedad. Se trató de los sujetos fotografiados.
Como les dije antes, la fotografía se vale de la subjetividad. En el arte, puede valer o no… ¿y en el mercado, en la prensa, entre coleccionistas, entre fotógrafos y entre la gente común? ¿Hay gustos más válidos que otros? ¿Existen las valoraciones justas?
¿Es mejor una foto de 6 millones o la primera foto de su hijo/a recién nacido/a?
El viejo dilema de si las cosas “poseen” valor o se les “otorga” valor.
Para la fotografía vale y seguirá valiendo la libre subjetividad.