Hoy exploro en mi pasado
atravesando tantos años de vida,
me dispongo a armar la valija
para un viaje que sólo será de ida.
Lo primero en ser guardado
será aquella piel suave que me recibió,
el tibio cuerpo de mi madre
que tantas veces me meció.
La barba áspera y corta de mi padre,
su risa que siempre llamó la atención,
su canto dulce y grueso
que a tantos mundos me trasladó.
Y unas miradas pícaras y cómplices
que sólo ente hermanos adquieren valor.
Esos abrazos que al encuentro reviven
cálidos momentos que no tienen comparación.
En la frente el beso de la abuela,
del abuelo el asado en navidad.
Entre primos mil guerrillas de agua,
mil castillos de arena en el mar.
Y en un rincón pondría
aquel beso que me hizo temblar,
la mañana en que juntos juramos
recordar esa imagen para enfrentar cualquier mal.
El olor a leña que en fuego crispa
y rodeada de amigos está.
El mate caliente con tortas
las charlas eternas, el abrazo final.
Horas de estudio, primeros trabajos.
Estaciones que no vuelven más.
Despedidas fugaces y para siempre.
Seres que como luces vienen y van.
Poemas que todo lo dicen,
canciones que no tienen igual.
Imágenes, colores, sonidos
que tocaron mi alma y conmigo se irán.
Porque puede que la vida sorprenda
y todo tenga un final.
Porque puede la muerte sorprenderme un día,
pero mi valija conmigo estará.
Shajaira Dogliotti
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