www.gonzalezcalero.com


viernes, 22 de enero de 2010

El siglo de las Mujeres

Hay quienes afirman que el siglo XX fue sin duda el siglo de las mujeres. Sin duda que fue un gran siglo para el sexo femenino. Pero también fue para la ciencia, la industria, la medicina, la tecnología y más. La mujer evolucionó en el siglo XX, casi como un nacimiento, un resurgimiento que comparado con la actualidad es como haber salido de la oscuridad del pozo. La necesidad, la fuerza, la inteligencia, el potencial, la hermosura y el placer, se hicieron camino a lo largo de 100 años. Supieron seducir, enamorar y conquistar el mundo. Mi visión, es que el siglo de las mujeres es y será el Siglo XXI.

Para hacernos una idea debemos nombrar algunos de los tantos hechos que se consideran importantes en la historia de la mujer. No podemos pasar por el siglo XX sin nombrar el movimiento feminista, el derecho al sufragio, la participación en la política, en los gobiernos, en los organismos internacionales, el acceso a la educación y la ciencia, las profesionales, etc.

Para hacernos una idea nombramos “ejemplos” evaluados según ópticas masculinas, o “logros” que han obtenido las mujeres porque los hombres permitieron una determinada “igualdad” entre los sexos. Por eso, el siglo XX se ve opacado por la excesiva participación e intromisión del hombre en los asuntos de las mujeres.

Las verdaderas luchas de las mujeres no deben ser ni serán contra los hombres o la represión impuesta por el hombre. Las verdaderas luchas serán por lograr sus intereses cada vez más apartados de hacerse un lugar en la igualdad. Esas guerras ya fueron peleadas y una nueva visión del mundo por parte de la mujer es tan clara e inminente como que China es la segunda potencia y sigue creciendo.

La fuerza acumulada durante los años y siglos anteriores se disparará en hechos, política, comercio, derechos y libertad. La sed de sentir que pueden hacer lo mismo, igual o mejor que los hombres, las llevará a ocupar los mismos cargos, realizar las mismas tareas y desempeñar los mismos roles. Pero con los años solo será el principio, pues la sociedad mixta o plural es un hecho que solo depende del tiempo. Como en un hogar, el hombre y la mujer no tienen siempre la misma visión de los hechos. La política y las visiones estratégicas llevarán intrínsecamente la visión femenina y maternal. Pero no crean ni un segundo que eso es una visión débil o frágil. Pobre de quién sufra la ira de una mujer.

A todo nivel de educación, es notorio el aumento de mujeres en las aulas, es notorio el empeño que ponen en el estudio, es notoria la diferencia en las calificaciones, es notoria la diferencia en la seriedad con la que encaran el estudio y su futuro.
La mujer no espera más el sustento del hombre, se pone en decadencia el modelo de macho proveedor y decidieron salir a trabajar, tanto para proveerse ellas mismas de lo que necesitan, como para criar a sus hijos solas o mantener a toda su familia. Sintieron la necesidad de ser mejores, querían ser mejores, sabían que podían dar más.

Fueron por más.

El conocimiento no es propiedad de alguien, mucho menos de un sexo, así que el acceso a la información, al estudio y al conocimiento, no es patrimonio masculino.

Hoy deciden ellas que hacer con el conocimiento.

El hombre se ha vuelto lento y perezoso al lado de la mujer, no ha avanzado ni crecido tan rápido como ellas. No ha sabido resistir a las crisis con la misma fortaleza y las mujeres fueron quienes, una y otra vez mantuvieron las familias y los valores, fueron las mujeres quienes curaron las heridas de los soldados y fueron ellas que fabricaron las armas mientras los hombres peleaban en el campo. Las mujeres demostraron en suficiencia no ser el “sexo débil”, ellas deciden serlo solo en los brazos de su amado.

La naturaleza les dio el don de ser mamás y a la edad en que el hombre solo piensa en jugar a la pelota. Las mujeres son las que maduran antes que el hombre y va a ser el hombre el que va a tener que madurar rápido, porque no nos van a esperar.

Se habla de la anticoncepción como un gran invento y un gran avance. Es cierto que la anticoncepción liberó a la mujer de los embarazos no deseados, pero nunca sabremos si el apuro del invento era para los embarazos no deseados de la mujer o para los hijos no queridos por los hombres fruto de una noche de pasión. Siempre que se habla de las pastillas anticonceptivas como la solución para la planificación familiar de la mujer, se olvidan de la existencia del preservativo. En fin, lo que resultó muy bien a favor de las mujeres mientras no amenazó el virus del SIDA, era que podían disfrutar de su sexualidad. Las mujeres comenzaron a conocerse más, a saber que había mucho más de lo que habían sentido hasta ese momento, que había hombres distintos y que podían experimentar su sexualidad mucho más allá de la concepción.

Otra vez los hombres se quedaron atrás. Las mujeres descubrieron y se siguen descubriendo en su universo de placer y satisfacción, mientras que algunos hombres siguen necesitando un mapa para encontrar el “tesoro perdido”.

La información abundante invita a las que todavía no lo sabían a probar esos nuevos universos y placeres, la sensualidad, la provocación y la exhibición del cuerpo femenino con toda seguridad y propiedad, invitan a los tímidos hombres a vivir con ellas las maravillas de la vida, cada vez menos acompañadas del “amor”. El cuerpo femenino ya no es sinónimo de pornografía, ofensa o malos valores y peor moral, hoy es sinónimo de belleza y admiración, la belleza y la sexualidad es arte y hasta marketing.

Para algunos el packaging femenino es el mejor diseño jamás presentado. No importa de donde sea ni “quién” la haya diseñado, la hermosura de la mujer seguirá paralizando al mundo y lo seguirá haciendo girar.

El siglo XXI no va a esperar por los hombres, las mujeres despertaron en el XX y ya se tomaron el café de la mañana. El que no lo quiera ver ni entender, simplemente pierde.

El mercado que mueve la mujer es creciente y cada vez con mayor poder adquisitivo, de manera que pronto aumentará la presencia de hombres en las pasarelas y comerciales. La regla es fácil, cuando el mercado pide… Si alguna vez escucharon decir a una mujer “soy más que un objeto sexual…” esperen que pronto será frase común de los hombres.

El machismo ya tiene la condena de muerte, está condenado a desaparecer, la carrera hoy es la de terminar con la violencia, será el gran desafío de todos y digo todos porque los que agreden a las mujeres son los hombres, algo tan cobarde como odioso. Hombres y mujeres debemos luchar por ponerle fin a semejante aberración de la conducta humana.

La tecnología y la información será el principal guerrero contra las diferencias culturales y religiosas, la gente comienza a tener con qué comparar y comienza a decidir con qué se quiere quedar. La ciencia terminó con los dogmas y la información va a terminar con la diferencia en los derechos de la mujer. Más temprano que tarde no se soportará más las conductas inhumanas, independientemente de los gobiernos o religiones, la comunidad internacional presionará por generar un equilibrio mundial y tanto la violencia contra la mujer como el machismo, comenzará a ser parte del pasado.

En el siglo XXI la mujer no hablará de expectativas profesionales, ya no será novedad estudiar y ser profesional, tal vez solo se reduzca a una decisión personal o de pareja si van a traer un hijo al mundo. El mundo debe prepararse para entender mejor a la mujer, sus tiempos y sus procesos, así como la maternidad y la un tanto olvidada hoy paternidad. El desarrollo debe comprender la maternidad en el trabajo y nadie mejor que la mujer para implementarlo. No puede seguir ocurriendo que las mujeres opten entre la profesión y ser mamá. El futuro debe contar con la naturalización de ambas cosas. El mundo necesita hijos aunque parezca frío.

El siglo XXI acunará la madre, hija, abuela, esposa, concubina, soltera, casada, divorciada, en el rol que sea, en lo que se desempeñe, tanto por lo que haga, como por lo que es, por su hermosura, por su ternura y por su fortaleza. El siglo XXI es y será de las mujeres. Que así sea. Lástima por los hombres que no estén preparados.


Marcelo González Calero

No hay comentarios:

Publicar un comentario