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viernes, 22 de abril de 2011

Criolla del Roosevelt 2011


EL GRITO DE ASENCIO. Por M. A. Gayol.

El 15 de febrero de 1811 ha quedado consagrado como la fecha inicial de la revolución libertaria en la Banda Oriental. Ese día, José Artigas, capitán de Blandengues es llamado por el brigadier español Muesas, a su despacho en Colonia del Sacramento para exigirle la entrega de uno de sus subordinados que había cometido una falta que consideraba grave.

Artigas siempre defendió a sus "muchachos", que a veces son "el diablo" pero que le respetan y obedecen a muerte. Artigas se niega. La discusión es áspera y sube de tono y la orden es terminante: "entregue al subordinado en 24 horas o es usted el que irá a la cárcel"

La tirantes es extrema. La situación es muy grave. Artigas se retira a su campamento.
Conversa con Rafael Hortiguera, José De la Peña, cura de Colonia, y con la compañía de un soldado abandonan el campamento y toman rumbo al Norte. Amigos de Artigas le regalan una tropilla de buenos caballos llegando a Paysandú donde cruzan a Entre Ríos y por Santa Fe llega en marzo a Buenos Aires a presentarse a la Junta que preside Saavedra.



A este personaje que sueña con la monarquía no le cae muy bien el testimonio firme y recto de este hombre que levanta como bandera un sentido irrenunciable de LIBERTAD.

En su trayecto por el litoral, Artigas va pasando la palabra de que ha llegado la hora de la acción. Desde Belén, en Salto, en Casablanca y Paysandú, de todas partes, van desertando los blandengues y los paisanos se juntan preparando "el movimiento".

En Mercedes, se juntan desertores de blandengues, Pedro Viera y "paisanos de su confianza".

A ellos se une Benavidez, cabo de milicias y todos concuerdan en tomar cuanto antes el pueblo de Mercedes. Impacientes, el 27 de febrero pasan frente al pueblo y desde las azoteas los españoles disparan sus armas lo que hace que los gauchos "se pongan bravos". Pasan la noche en el monte de Asencio.

Al otro día se presentan ante la plaza anunciando que son la avanzada de un ejército libertador. Exigen la rendición de la Plaza en un plazo de 3 minutos. Alguna duda se interpone, pero la rendición se produce. Los patriotas mantienen al Cabildo, dejan al ex blandengue Ramón Fernández como jefe militar y en el mismo día Viera y Benavidez se trasladan a Soriano tomando la villa el 1o. de marzo.

Dos triunfos militares en dos días sin derramar una gota de sangre. Se han reunido unos 500 hombres armados con carabinas, trabucos, naranjeros, pistolones, tijeras de esquilar enastada en varas de guayabo o en cañas, esa era la fuerza inicial libertadora.



Sus líderes se dirigen a la Junta de Buenos Aires y a Artigas, que estaba todavía por Nogoya anunciando sus triunfos.

Ese fue el Grito de Asencio, la primera expresión de un pueblo que siguiendo la inspiración de Artigas sería el primero en proclamar el federalismo, la república, la democracia, con la base de la libertad y del respeto a la voluntad soberana de los pueblos.

Como ves, esta es una versión que seguramente no es muy conocida, pero que a mi parecer muestra la esencia de lo que fue el comienzo de la revolución cuyo bicentenario estamos celebrando.






Gracias Gayol.
Saludos

Marcelo.

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